En varias de sus obras, como es el caso de “El coloquio de los perros”, el “Licenciado Vidriera” o en el prólogo de “Persiles y Segismunda”, Cervantesmenciona la fama de los vinos esquivianos, un vino muy apreciado que era recetado por los galenos para los enfermos convalecientes. Según un decreto real de 1530, el vino de Esquivias estaba reservado para la casa real, la nobleza española, y para enfermos y parturientas con receta médica, así como también se mandan aclarar todos los vinos de Castilla con tierra de Esquivias.
“Salta por el licor de Esquivias, famoso a la par del de Ciudad Real, San Martín y Rivadavia”.
(El coloquio de los perros. Novelas Ejemplares.)
“Y, habiendo hecho el huésped la reseña de tantos y tan diferentes vinos, se ofreció de hacer parecer allí, sin usar de tropelía, ni como pintados en mapa, sino real y verdaderamente, a Madrigal, Coca, Alaejos, y a la Imperial más que Real Ciudad, recámara del dios de la risa; ofreció a Esquivias, a Alanís, a Cazalla, Guadalcanal y la Membrilla, sin que se le olvidase Rivadavia, y de Descargamaría. Finalmente, más vinos nombró el huésped, y más les dio, que pudo tener en sus bodegas el mismo Baco.”
(El licenciado Vidriera. Novelas Ejemplares.)
“Sucedió, pues, lector amantísimo, que, viniendo otros dos amigos y yo del famoso lugar de Esquivias, por mil causas famoso, una por sus ilustres linajes y otra por sus ilustrísimos vinos,...”.
(Los trabajos de Persiles y Segismunda. Prólogo.)
“Yo haré la salve y comenzaré por el vino. ¡Bueno es!¿Es de Esquivias, señor sacridiablo? Y el Sacristán le contesta: “De Esquivias es”.
(Entremeses: De la Cueva de Salamanca)
“Bien puede gobernar el que tal sabe a Alanis, a Cazalla y aún a Esquivias.
(Ocho Comedias y Ocho Entremeses; Entremés de la Elección de los Alcaldes de Daganzo)